Exigimos Justicia Real.
Por el verdadero
cumplimiento de las sentencias dictadas.
No a la impunidad!!!

Con la decisión del tribunal superior, los genocidas Reynaldo
Benito Bignone y Santiago Omar Riveros podrán gozar del beneficio de “arresto
domiciliario” hasta tanto se resuelva si queda firme la condena a perpetuidad
que recibieran en los años 2009 y 2010 por su participación en los crímenes de
lesa humanidad cometidos en el ámbito de los distintos Centros Clandestinos de
Detención, Tortura y Exterminio que funcionaran durante la dictadura en Campo
de Mayo.
La actitud de la Sala II , sin embargo y por
contraria a la jurisprudencia última que resulte, no es sorpresiva, y muestra
la imbricación de sus miembros con el Terrorismo de Estado y sus responsables
probando la vigencia de los conceptos e intereses de la dictadura en diversos estamentos del poder
estatal. Fue precisamente este tribunal con dos de sus integrantes actuales
–Yacobucci y García- el que en diciembre de 2008 impulsó la libertad de varios genocidas
–entre ellos algunos más que simbólicos como Jorge “El Tigre” Acosta, Alfredo
Astiz y Antonio Pernías- bajo la máscara de la “normalidad procesal” al afirmar
que el Juez Instructor se había excedido
en relación a los acusados de crímenes de lesa humanidad en los plazos
razonables de detención sin sentencia firme y dispuso el "cese" de
las respectivas prisiones preventivas. Argumentos éstos que no suelen tener
acogida en la mayoría de los ciudadanos procesados por delitos comunes en
ninguno de los ámbitos judiciales del territorio nacional. La decisión contó
además con el apoyo específico del Fiscal ante la Casación , Juan Martín
Romero Victorica histórico apologista de la dictadura y el terrorismo de
Estado. Su última vinculación salió a la luz hace poco más de un mes cuando la
joven que recuperara su identidad, Victoria Montenegro denunciara la íntima amistad y coincidencia
ideológica entre el Fiscal y su apropiador y asesino de sus padres el fallecido
Coronel Tzestlaff.
Por todo ello, queda claro que se hace hoy más
necesaria que nunca una gran campaña de movilización popular y denuncia de
estas situaciones amparadas en tecnicismos legales y el sigilo que permite el
ninguneo de la situación por los grandes medios que incorpore a la mayor
cantidad posible de sectores comprometidos con la lucha contra la impunidad y
por la democracia profunda y verdadera incluso dentro desde el mismo Poder Judicial para que la histórica conquista que
han significado los juicios no quede en meras expresiones formales. Lo
contrario implica consagrar como bien lo ha señalado la Liga en su comunicado de
prensa “una burla más del sistema judicial” y una
afrenta no sólo a los que hace más de treinta años luchan contra la impunidad
sino a la sociedad argentina toda.
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